Universo

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La historia

Todo empieza con un nombre...

Catherine Painvin consideraba la merienda como un momento privilegiado y maravilloso. El nombre Tartine et Chocolat nació de este momento de compartir y placer típico de la infancia.

Muy pronto, un universo tomó forma...

A la Garde-Robe se unieron rápidamente las habitaciones infantiles, los peluches y luego el Perfume, que completó las colecciones. En pocos años, Tartine et Chocolat se convirtió en la primera marca de alta gama en ofrecer un universo completo para los niños.

LA RENOVACIÓN

Desde 2004, Emilie Zannier es la Directora Artística de la marca y ha dado un nuevo impulso a la Casa. Inspirada en la elegancia francesa, presta especial atención al refinamiento y a los acabados perfectos.

VALORES Y CONOCIMIENTOS TÉCNICOS

La transmisión

Un perfume, un peluche, un momento... Tartine et Chocolat se transmite de generación en generación y perpetúa los recuerdos tan entrañables de la infancia.

El clásico chic y elegante

Un perfume, un peluche, un momento... Tartine et Chocolat se transmite de generación en generación y perpetúa los recuerdos tan queridos de la infancia.

La manera francesa de hacer las cosas

Se presta especial atención a cada detalle, a cada acabado y a cada pieza de las colecciones. Cachemira, algodón, lana... materiales nobles que envuelven a los niños en suavidad y confort.

LOS ICÓNICOS

La raya Garda

Seleccionada por Catherine Painvin en la tienda de telas de sus padres, la raya Garda se convirtió rápidamente en la firma suave y atemporal de la Casa. Utilizada en las colecciones de prêt-à-porter, puericultura y peluches, simboliza la suavidad y la elegancia del universo Tartine et Chocolat.

El erizo Léon

Léon, el erizo, emblema de la Casa, ha subrayado con ternura las colecciones a lo largo de los años. En suave felpa, bordado refinado o delicado nácar, este entrañable animal signa todo el universo de la Casa con su encantadora silueta.

Ptisenbon

Fresca y floral, el agua Tartine et Chocolat, con sutiles notas de madreselva, lirio de los valles y jazmín transparente, es la fragancia preferida de madres e hijos desde hace 30 años. Lanzada en 1987 en colaboración con Givenchy, fue la primera fragancia para bebés.